31.7.06

Pacta sund servanda

(o el principio de que “los pactos deben ser cumplidos tal y como fueron pactados”)

Volví, me extrañaron, estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano por aprender a fingir al menos que puedo comportarme como un adulto responsable... Todas ésas son noticias sabidas. Lo que probablemente no sepan, es que esto último agota mis fuerzas de superhéroe y llego a las últimas horas del día -las que antes eran mis horas de brillante creatividad (?)- tan cansado que ando teniendo menos inspiración que la mitad de un ladrillo. Así, con mis musas dormidas, extraviadas o de juerga, luego de mantener con una amiga querida una entretenida charla que nació como consecuencia de un foro de inexpertos y la reacción que éste produjo en ella, fue que se me ocurrió preguntarle sobre qué le gustaría leer en este blog tan productivo llamado Tigris Albus. “Voy a dedicarme a complacerte”, le dije, lengualarga como siempre. Y a raíz del hecho que dio nacimiento a la confidencia que a ella le hice y ahora les estoy por hacer a ustedes, es que me decidí por el título que corona este artículo aún cuando dudé entre otros posibles como “El Tigre políglota” o “Diccionario Holandés Básico Ilustrado”.
La verdad es que no leí el foro que me mencionaron, más que nada por culpa de mi conexión a internet (que últimamente usarla es más difícil que hacer arrancar un avión empujándolo), pero creo que basta con la frase que me citaron para imaginarse por qué línea iba: “el centro es la dificultad que acarrea el hecho de que las mujeres no sepan lo que les gusta a la hora de que sus parejas intentan hacerlas felices”. Por si no se dieron cuenta todavía, el foro trataba sobre “el orgasmo femenino” y según mi amiga, hacía falta la opinión de un experto ;) .

Intro: Habemos de todo en la viña del Señor.
El título parece muy de misa, pero la verdad es que mi mamá siempre decía esa frase cuando observaba alguna persona extraña, desubicada, loca, es decir que su comportamiento no era el del “común” de la gente. Otra vez dudé entre éste y otro título, pero como el otro -De las cuatro clases de hombres- sonaba muy de revista Cosmopolitan, me quedé con éste. Y ahora paso a detallar esta interesante clasificación de los representantes del sexo masculino que me refirió una compañera de universidad en un asado al que asistimos.
“Hay cuatro clases de hombres, si los clasificamos por su comportamiento en la cama”, dijo mi compañera. Yo traté de apartar un poco las nieblas del alcohol para prestarle atención, porque ella sabe inspirarse cuando hay bebidas espirituosas de por medio. “Están los Analfabetos Funcionales, los que por lo menos castellano entienden, los que “hablan” inglés, y los políglotas”. Debo anotar que ella captó mi atención por completo.

1. De los Analfabetos Funcionales.
Dicen en mi tierra (y seguramente en la de ustedes también) que son analfabetos funcionales los que aprendieron a leer y escribir pero no entienden lo que leen (después también estamos los “ñembotavy”, que nos hacemos nomás de que no entendemos -lo que leemos, lo que vemos, lo que se nos dice, etc.- cuando nos conviene). Si consideramos a la escritura como un conjunto de signos, el que no entiende lo que lee, no entiende los signos. Y sucede que las historias que se escriben entre las sábanas se fundan también en una serie de signos, lastimosamente no tan convencionales como las letras del alfabeto, pero comprensibles al fin. Entonces, siguiendo la clasificación de mi compañera de clases, los Analfabetos Funcionales son la desgracia más grande que le puede tocar a una chica en la cama. Son esos tipos que no entienden las cosas ni para atrás ni para adelante (esto suena medio zafado, jeje), ni aunque se los guíe como a alguien que recién está aprendiendo a conducir. Esta es, definitivamente, la clasificación en la cual ninguno de nosotros querría caer.

2. Los que por lo menos Castellano entienden.
Es el individuo común. El que terminó la secundaria y adquirió los conocimientos básicos para batallar en la vida. No son un regalo de reyes, pero con un par de señales claras se pueden obtener cosas satisfactorias, según ella.

3. Los que “hablan” inglés.
Les pasará también a ustedes que tienen un amigo que canta las canciones en inglés a los gritos y no acierta ni una palabra. Pero ellos están convencidos de que por escuchar mucho a U2, a Nirvana o a los Rolling Stones, están al mismo nivel que los angloparlantes de nacimiento y hasta son capaces de poner en su curriculum que tienen un conocimiento avanzado de inglés. Dice mi amiga que estos especimenes son tan o quizás más desagradables que los analfabetos funcionales, porque estos últimos al menos reconocen sus limitaciones, pero los otros creen que están haciendo maravillas, cuando que la están embarrando hasta el fondo.

4. LOS POLIGLOTAS.
Entienden cualquier “idioma” e incluso cuando les cambian los signos y también esas palabras complicadas que parecen similares pero no lo son y existen únicamente para confundir. Esta es la clase de gente con la que da gusto “hablar”, según ella.

5. ¿Y por casa cómo andamos?
“¿Y vos, Acho?”, me preguntó directamente, ¿Analfabeto, hispanohablante, “angloparlante” o políglota?”. Por supuesto que le respondí: “Políglota”, ¡miren si yo iba a hacerme de menos! “¿Y hasta que idioma llegan tus conocimientos?”, volvió a curiosear. “Holandés”, dije, cero modestia. Ella me miró con los ojos abiertos como un dos de oro: “¿No me digas que con la amiga de...?”. Yo me reí como toda respuesta. “Sos de lo peor”, dijo, con los ojitos entrecerrados en esa expresión de maniática. “Soy el mejor recuerdo para llevarse de este país”, concluí, vanidoso como siempre.

Para la próxima entrega de estas confidencias no tan confidenciales, la principal anécdota que avala mi currículum de políglota.

Saludos Felinos.
Acho

PS: Quise tomar prestado al Elefante Rosado Holandés, creación artística de mi amigo y tocayo Ignacio Parietti, producto de una noche de charlas inspiradas y, creo yo, de algo de hierba también por ahí, pero el animal rebelde no quiso subir a este blog, o no pudo pasar por mi lentísima conexión.
El que quiera conocerlo, que vaya a
Ahí lo van a ver, con su amigo el erizo que a veces se pone medio zafado.

Volví =D

VOLVÍ!!!!


Admitan que me extrañaron... =)

Abrazos Felinos.

Acho